
El Regreso de Fernando Gago al Akron: Entre Abucheos y la Lucha por la Liguilla
El enfrentamiento entre Chivas y Necaxa por la Jornada 10 estuvo cargado de tensión por el regreso del técnico Fernando Gago al Estadio Akron, un evento que generó una hostil recepción por parte de la afición rojiblanca y que tuvo importantes implicaciones para ambos equipos en sus aspiraciones de clasificación. La animosidad de los seguidores del Guadalajara fue evidente desde antes del inicio del partido. Cuando el sonido local anunció el nombre del estratega de los Rayos, un abucheo generalizado resonó en el estadio, dejando claro que no perdonan su salida a mitad de torneo en 2024 para unirse a Boca Juniors, un movimiento que en su momento fue percibido como un engaño. A pesar del ambiente adverso, Gago intentó restar importancia al aspecto personal antes del encuentro, declarando que “el partido es más importante de lo que yo significo”. Tras la derrota, y con solo dos triunfos en el torneo, reafirmó su posición y la confianza de su directiva: “Tengo el total apoyo del presidente, director deportivo y estoy más convencido que nunca”. En el plano deportivo, la victoria fue crucial para Chivas, que se impuso con goles de canteranos, una filosofía respaldada por su actual técnico, Gabriel Milito, quien afirmó: “No miro edades, sino rendimientos”. Este resultado representó un impulso anímico y matemático para el Rebaño, que se metió de lleno en la pelea por un puesto en la fase final, mientras que para Necaxa significó un duro golpe que agudiza su crisis de resultados y pone en duda la continuidad del proyecto de Gago, a pesar de su aparente respaldo directivo.



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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, generó polémica al amenazar con retirar partidos del Mundial 2026 a ciudades gobernadas por demócratas, como Seattle y San Francisco, si las considera inseguras. Durante su mensaje desde el Despacho Oval, Trump dijo: "Si creemos que alguna ciudad puede ser siquiera un poco peligrosa para el Mundial (...) dado que se juega en tantas sedes, no lo permitiremos. Moveremos un poco las cosas. Pero espero que no sea necesario". Trump hizo especial énfasis en Seattle y San Francisco, señalando que están gobernadas por lo que llamó "lunáticos de la izquierda radical que no saben lo que se hacen". Estas declaraciones generaron preocupación entre autoridades locales y aficionados, ya que ambas ciudades tienen estadios programados para recibir partidos del torneo. El Lumen Field de Seattle, hogar de los Seattle Seahawks de la NFL, albergará seis partidos del Mundial 2026. Por su parte, el Levi's Stadium, ubicado en Santa Clara y sede de los San Francisco 49ers, también será escenario de seis encuentros. Estos recintos son parte de las 11 sedes que Estados Unidos compartirá con México y Canadá en la organización del torneo. Trump también mencionó que medidas similares podrían aplicarse para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 2028, lo que amplió la polémica sobre la seguridad y la gestión de eventos deportivos de gran magnitud en ciudades gobernadas por demócratas. Aunque Estados Unidos coorganiza el Mundial 2026, Trump no tiene autoridad legal para cambiar la sede de ningún partido. Sin embargo, el mandatario mantiene una relación cercana con Gianni Infantino, presidente de la FIFA, quien sí tiene la capacidad de tomar decisiones sobre los lugares donde se jugarán los encuentros. Otras ciudades estadounidenses que recibirán partidos, como Los Ángeles, Nueva York, Atlanta, Houston, Boston o Philadelphia, también están gobernadas por demócratas, lo que podría generar más tensiones si el presidente decide intervenir o presionar para modificar sedes. El sorteo de la Copa del Mundo 2026 se realizará el próximo 5 de diciembre en Washington, con la asistencia prevista de Trump. La expectativa es conocer los grupos y enfrentar posibles disputas sobre la seguridad en las ciudades seleccionadas, un tema que ha ganado relevancia tras las declaraciones del mandatario. Analistas señalan que, más allá de la retórica política, cualquier cambio de sede sería complejo y requeriría de negociaciones internacionales, ya que el Mundial es un evento con reglas estrictas de organización y planificación a largo plazo.


