El punto de inflexión del encuentro ocurrió cuando Monterrey ganaba 1-0 y tuvo un penal a favor. Sergio Ramos, campeón del mundo y multicampeón de la Champions League, tomó la responsabilidad, pero su intento de cobrar 'a lo Panenka' fue fácilmente detenido por el arquero Hugo González, quien no se movió del centro. La falla, descrita como un acto de arrogancia, desató una reacción fulminante del Toluca. Lo que pudo ser un 2-0 a favor de la visita se transformó en el inicio de una debacle. Los Diablos Rojos, impulsados por el error rival, desplegaron un fútbol ofensivo superlativo, liderados por un triplete del portugués Paulinho y goles de Jesús Angulo y un doblete de Nicolás Castro.

La goleada de 6-2 representó la peor derrota para Monterrey en un partido oficial en veinte años, desde que Cruz Azul los venciera 6-1 en 2005. Tras el partido, Ramos asumió su rol de capitán y emitió un mensaje en redes sociales: “Todas las derrotas duelen, pero la de ayer fue especialmente dura.

La clave no es no caerse, que es casi imposible; la clave es cómo nos levantamos”.

Pidió hechos en lugar de palabras y calificó el momento como “un punto de inflexión serio” para el equipo.