Poco después, Rayados tuvo la oportunidad de ampliar la ventaja desde los once pasos. Sergio Ramos, el fichaje estelar, tomó la responsabilidad, pero su intento de cobrar a lo “Panenka” fue fácilmente detenido por el arquero Hugo González, quien permaneció en el centro de la portería. La arrogancia en la ejecución del español marcó el inicio de la debacle para su equipo.

A partir de ese momento, Toluca despertó y desató una tormenta de goles. Jesús Angulo empató con un tiro de larga distancia, seguido por un triplete del portugués Paulinho y otro tanto de Nicolás Castro.

Aunque Óliver Torres descontó para Monterrey, el ímpetu de los Diablos Rojos fue imparable.

Tras la derrota, Ramos publicó un mensaje en sus redes sociales: “Todas las derrotas duelen, pero la de ayer fue especialmente dura.

La clave no es no caerse, que es casi imposible; la clave es cómo nos levantamos”.

Esta fue la primera vez que Monterrey recibía seis goles en un partido oficial desde el Clausura 2005, evidenciando serias fallas defensivas en una de las plantillas más caras del futbol mexicano.