El punto más bajo llegó en la visita a Toluca, donde Monterrey fue aplastado 6-2.

Ramos fue protagonista negativo al fallar un penal a lo “Panenka” cuando su equipo ganaba 1-0.

Su displicencia en el cobro fue detenida por el portero Hugo González, lo que desencadenó la espectacular remontada de los Diablos Rojos. Tras el partido, el capitán asumió la responsabilidad y pidió una reacción inmediata, afirmando que era momento de “hechos que demuestren el cambio”. La respuesta del equipo llegó el fin de semana siguiente, con una victoria por la mínima ante Santos Laguna, pero el partido no estuvo exento de controversia para el español.

A Ramos le fueron anulados dos goles por el VAR, decisiones que generaron debate.

El exárbitro Fernando Guerrero criticó una de las anulaciones, calificándola de “increíble”. Además, en la recta final del encuentro, Ramos sufrió una aparatosa patada en el rostro por parte de Anthony Lozano, que le provocó un corte y sangrado, resultando en la expulsión del jugador de Santos. A pesar de la victoria, la semana evidenció la presión que enfrenta el fichaje estelar de Rayados, quien es observado con lupa en cada una de sus actuaciones.