Durante el encuentro contra Santos, Ramos vivió una noche frustrante. El VAR le invalidó dos anotaciones, una por fuera de lugar y otra por una controvertida falta sobre José Abella, la cual fue calificada como un gol legítimo por el exárbitro Fernando Guerrero. Además, el defensor español fue víctima de una agresión física cuando Anthony Lozano le propinó una patada en la cara que le provocó un corte y sangrado, acción que inicialmente fue sancionada con tarjeta amarilla pero rectificada a roja directa por el árbitro Luis Enrique Santander.

La frustración de Ramos se desbordó en redes sociales, donde comentó: “Qué vergüenza de falta pitó...

Esto solo pasa aquí en esta liga!!”.

Estas declaraciones le valieron una sanción económica por parte de la Comisión Disciplinaria, que según el reglamento, podría oscilar entre 339,420 y 678,840 pesos mexicanos. A estos eventos se suma la dura derrota de 6-2 sufrida ante Toluca, tras la cual Ramos pidió disculpas a la afición y exigió un “punto de inflexión serio” para el equipo. Su adaptación al futbol mexicano ha sido, por tanto, un torbellino de eventos que han generado un intenso debate sobre su rendimiento, el nivel del arbitraje y la intensidad del juego en la Liga MX.