Tras una espera de casi dos horas y después de que los árbitros examinaran el terreno de juego, se constató que el césped estaba en muy malas condiciones, impidiendo que el balón rodara y botara adecuadamente. El partido fue reprogramado para disputarse al día siguiente, el sábado 27 de septiembre.

Este incidente no es un caso aislado en el presente torneo. Según los reportes, este fue el octavo partido del Apertura 2025 en sufrir modificaciones por el clima, aunque fue el primero en ser pospuesto para otra fecha en lugar de solo retrasarse unas horas.

Equipos grandes como América, Cruz Azul y Pumas también han visto sus partidos demorados por la misma causa.

La situación pone de relieve un problema recurrente en el futbol mexicano, especialmente durante la temporada de lluvias, que según el Sistema Meteorológico Nacional se extenderá hasta finales de noviembre. La reprogramación de partidos complica un calendario ya de por sí apretado, generando desafíos logísticos para los clubes y la propia liga.