El partido, descrito con ambiente de Liguilla, parecía inclinarse a favor de los locales hasta el final del encuentro. El árbitro Ismael López Peñuelas sancionó una falta de Joaquim Pereira sobre Ignacio Rivero dentro del área, calificándola como "patada imprudente".

Ángel Sepúlveda no falló desde los once pasos e igualó el marcador, privando a Tigres de una victoria que los habría acercado a los primeros tres lugares de la clasificación. La controversia se encendió de inmediato, con el portero Nahuel Guzmán como principal protagonista.

Visiblemente molesto, el argentino llevó sus reclamos a las redes sociales, donde publicó un mensaje desafiante: "Que me vengan a explicar ahora porque (y cuando) una jugada es imprudente y otra no…".

Esta declaración pública pone a Guzmán en riesgo de enfrentar una sanción económica por parte de la Liga MX, cuyo reglamento castiga las críticas negativas hacia el arbitraje. El incidente opacó un partido disputado y reavivó el debate sobre la consistencia de las decisiones arbitrales en el fútbol mexicano.