La tensión previa al partido se ha visto reflejada en el ambiente que rodea a los clubes.

La afición de Cruz Azul organizó un banderazo masivo en La Noria para mostrar su apoyo, creando una atmósfera de final anticipada.

El capitán cementero, Ignacio Rivero, ha intentado calmar las aguas, afirmando que el equipo no lo afronta con “sed de revancha” por las recientes eliminaciones en Liguilla a manos de las Águilas, sino como un partido que se debe jugar con honor y concentración. Para Rivero, la clave será “estar finos, es un partido de muchos detalles, de mucho enfoque, de vivirlo, de ser eficaz”. El partido no solo definirá el orgullo, sino que también será crucial para las aspiraciones de ambos en la tabla general, donde se encuentran en la parte alta.