La actuación del equipo fue descrita como un "ridículo", señalando que la característica "garra y espíritu" del club es ahora "solamente un mero recuerdo".

El portero Keylor Navas fue la figura destacada de los universitarios, evitando una derrota de mayores proporciones con varias atajadas cruciales. El descontento de la afición fue palpable, con una baja asistencia de poco más de 10,000 espectadores y cánticos como "Que se vayan todos, que no quede ni uno solo" que retumbaron en el estadio. Esta crisis se ve agravada por el pobre desempeño del equipo como local, donde solo ha conseguido una victoria en todo el torneo.

La frustración de los seguidores se intensifica al comparar su situación con la de Cruz Azul, que en el mismo estadio ha establecido un récord de 23 partidos sin perder. Un aficionado expresó su sentir: "Creo que está bien cabrón que Pumas no llene su estadio, que el Cruz Azul lleva dos torneos y a cada rato lo llena".

La derrota ante el conjunto potosino, sumada a la victoria del Atlas, provocó que Pumas cayera en la tabla general, quedando fuera de los puestos que dan acceso a la postemporada, incluso por la vía del repechaje.