Previamente, Monterrey ya había sufrido la expulsión de Jorge Rodríguez, dejando a ambos equipos con diez hombres. La primera mitad fue un ida y vuelta constante, con oportunidades claras para ambos lados, incluyendo un remate de Ozziel Herrera de Tigres al poste y una gran atajada de Nahuel Guzmán a un cabezazo de Sergio Ramos. En el complemento, el ingreso de André-Pierre Gignac revitalizó a Tigres, y la reacción no tardó en llegar.

Una jugada entre los argentinos Ángel Correa y Juan Brunetta culminó con el gol del empate de este último. A pesar de los intentos de ambos equipos por llevarse la victoria, el marcador no se movió más. El resultado fue un duro golpe para Tigres, que dejó escapar la oportunidad de colocarse como líder del torneo, mientras que Monterrey no pudo hacer valer su localía para escalar posiciones en la tabla.