Esta situación ha provocado un notable descontento entre su afición y ha sembrado dudas sobre la continuidad del proyecto encabezado por el técnico Efraín Juárez. El clímax de la frustración se vivió tras la goleada 4-1 sobre Xolos, un resultado que, paradójicamente, no calmó los ánimos. La principal barra del equipo, La Rebel, protagonizó una protesta silenciosa durante los últimos minutos del partido y al final desplegó mantas con la leyenda "Respeten nuestra historia", además de recibir con abucheos al entrenador.

A pesar de este ambiente hostil, Juárez cuenta con el respaldo de figuras históricas como Pablo Barrera, quien afirmó que el técnico "tiene las raíces de Pumas". En contraste, desde el vestidor, el delantero José Juan Macías intentó matizar la situación, declarando que no clasificar "no va a ser fracaso", enmarcando el momento del equipo como un "proyecto de construcción". Esta visión choca con la percepción de la afición y la historia de exigencia del club. La crisis se agudiza con la necesidad de obtener una victoria en la última jornada contra el líder Cruz Azul para tener alguna posibilidad de clasificar, un escenario que pone a prueba la capacidad de un equipo que ha mostrado irregularidad durante todo el semestre y que además sufrió la abrupta salida de su fichaje estelar, Aaron Ramsey.