Desde su llegada, arrastró problemas físicos que limitaron su disponibilidad. Sin embargo, según los informes, el detonante de su salida fue un incidente personal: la desaparición de su mascota, 'Halo'. Este suceso provocó que el jugador se ausentara de los entrenamientos y de la comunicación con el club durante varios días, generando molestia interna y acelerando el fin de su relación contractual. La afición universitaria no tardó en mostrar su descontento, calificándolo de "mercenario". Curiosamente, la prensa británica prestó más atención a la historia de su perro perdido que a su salida del club, reflejando el poco eco que tuvo su aventura en México. Mientras tanto, el técnico Efraín Juárez ha mantenido hermetismo sobre el tema, indicando que el club emitirá un comunicado oficial.