La paciencia de la afición auriazul parece haberse agotado. La principal barra del equipo, La Rebel, manifestó su descontento durante el último partido en casa, guardando silencio y mostrando playeras con la leyenda "Respeten nuestra historia", en una clara señal de protesta por los malos resultados. El técnico Efraín Juárez, tras la victoria, se enfrentó a los abucheos de un sector de la grada, una acción que Ricardo 'Tuca' Ferretti calificó como "innecesaria". A pesar de la tensión, jugadores como Adalberto Carrasquilla y la leyenda Pablo Barrera han respaldado públicamente la continuidad de Juárez, argumentando que "tiene las raíces de Pumas". La crisis se agudizó con la salida del mediocampista galés Aaron Ramsey, quien rescindió su contrato tras menos de un semestre, plagado de lesiones y problemas personales, como la desaparición de su mascota, que precipitaron su regreso a Gales. En medio de este caos, el delantero José Juan Macías generó controversia al declarar que no clasificar "no va a ser fracaso", sino parte de un "proyecto de construcción", una visión que choca con la urgencia de la institución. Ahora, Pumas depende de una victoria ante el líder general para aspirar a un lugar en la repesca y salvar una temporada que ha estado lejos de las expectativas.