El tiempo no se equivoca”, sugiriendo posibles tensiones internas en el vestidor.

La salida de Lozano, a menos de dos semanas del crucial partido contra Pumas, deja al equipo en una situación de incertidumbre y abre un debate sobre la paciencia de las directivas en el fútbol mexicano, incluso cuando se alcanzan los objetivos mínimos de clasificación.