Tigres, líder general del torneo, superó a un valiente Cruz Azul con un marcador global de 3-2, haciendo valer su jerarquía en el Estadio Universitario. Por su parte, América avanzó con autoridad tras imponerse en el Clásico Nacional a Chivas por un contundente 4-0 global.

Este cruce representa la undécima final para Tigres y la séptima para las Águilas, los dos clubes con más presencias en la historia de la liga. La rivalidad se ha intensificado en los últimos años, con Tigres buscando romper una sequía de dos años sin título, la más larga en su historia, para conseguir su séptima estrella. América, bajo el mando de Ángel Villacampa, disputará su sexta final en los últimos siete torneos, con el objetivo de levantar su tercer trofeo y consolidar una era de estabilidad. La tensión previa se reflejó en las declaraciones de los técnicos de la semifinal, con Antonio Contreras de Chivas afirmando que “la capital es rojiblanca”, a lo que Villacampa respondió tajantemente: “la capital es azulcrema”. La relevancia del partido es tal que incluso figuras como el exfutbolista Miguel Layún expresaron su interés en adquirir los derechos para transmitir la final gratuitamente a través de su plataforma Layvtime, buscando “sumar en el alcance del futbol femenil”.