Ambos equipos aseguraron su lugar en la serie por el campeonato tras superar sus respectivas semifinales, configurando una final que promete alta competencia y que subraya su hegemonía en el fútbol femenil mexicano. América selló su pase a la final con una contundente victoria sobre su acérrimo rival, Chivas, en el Clásico Nacional. Las Águilas se impusieron con un marcador global de 4-0, demostrando una superioridad clara tanto en el partido de ida en Guadalajara como en la vuelta en el Estadio Ciudad de los Deportes. Este resultado no solo las instaló en la lucha por el título, sino que también representó un golpe de autoridad en la rivalidad más importante del país. Para el técnico Ángel Villacampa, esta será su sexta final al frente del equipo, aunque con un historial de solo una victoria, lo que añade presión por conseguir un nuevo campeonato. Tras la victoria, Villacampa respondió a las declaraciones del técnico de Chivas, afirmando: “La capital es azulcrema, no voy a decir más”.

Por su parte, Tigres, que terminó como líder general de la competencia, superó a un sorpresivo Cruz Azul en semifinales con un global de 3-2. Las Amazonas buscan romper una sequía de dos años sin título y consolidarse aún más como el equipo más ganador de la historia de la liga, aspirando a su séptima estrella. La final también será un escenario de reencuentro para jugadoras campeonas del mundo con España, como Irene Guerrero del América y Jenni Hermoso de Tigres, añadiendo un atractivo internacional al enfrentamiento.