Durante su estancia, no logró adaptarse al plantel que incluía figuras como Oswaldo Sánchez, Héctor Reynoso y Omar Bravo.

A pesar de su fracaso en México, su legado en el fútbol es innegable, especialmente en Bolivia, donde logró la hazaña histórica de llevar a la selección a su única Copa del Mundo por la vía de la clasificación. Además, dirigió a las selecciones de Chile y a varios clubes en España como el Espanyol y el Sevilla, dejando una huella importante en su carrera.