Su fichaje se produjo tras la destitución de Benjamín Galindo, una decisión que generó descontento en la afición y dificultó su aceptación desde el inicio.

Su gestión al frente del Rebaño Sagrado fue corta y con resultados discretos.

En los 14 partidos que dirigió durante el Apertura 2005, el equipo solo consiguió 3 victorias, 6 empates y 5 derrotas, alcanzando una efectividad del 35.7%.

Una goleada de 3-0 ante Toluca en la última jornada selló su salida de la institución. A pesar de su fracaso en México, su legado en otros países es innegable.

En España dirigió a equipos como el Espanyol, Sevilla y Tenerife. Sin embargo, su mayor hazaña fue con la selección de Bolivia, a la que clasificó para el Mundial de Estados Unidos 1994, un hito que lo convirtió en una figura legendaria en el país sudamericano. El Club Bolívar comunicó la noticia de su fallecimiento, destacando que su nombre quedará “grabado para siempre en la historia del deporte boliviano”.