El camino de ambos equipos a la final estuvo marcado por la contundencia y el drama. Tigres, que terminó como líder general del torneo, avanzó tras superar a un sorpresivo Cruz Azul con un marcador global de 3-2, haciendo valer su jerarquía en el partido de vuelta en el Estadio Universitario. Por su parte, América llegó con autoridad después de eliminar a su acérrimo rival, Chivas, en el Clásico Nacional con un marcador global de 4-0. El partido de ida de la final, disputado en el Estadio de la Ciudad de los Deportes, fue un espectáculo de volteretas que terminó en un empate 3-3, después de que las Águilas dejaran escapar una ventaja de tres goles. Este resultado deja la serie completamente abierta para el partido de vuelta en "El Volcán", un recinto que las jugadoras de Tigres, como María Sánchez, consideran una "gran ventaja". La final también destaca por la presencia de talento español en ambos banquillos, con Ángel Villacampa dirigiendo al América y Pedro Martínez Loza a Tigres, además de jugadoras campeonas del mundo como Jenni Hermoso (Tigres) e Irene Guerrero (América). Para Tigres, esta final representa la oportunidad de ganar su séptima estrella y romper una sequía de dos años, mientras que para América, bajo el mando de Villacampa, es la ocasión de conseguir su tercer título y redimirse de derrotas en finales recientes.