El rendimiento del equipo a lo largo del torneo fue inconsistente, con un récord de cinco victorias, seis empates y seis derrotas. Además, Pumas se destacó negativamente por ser el equipo más indisciplinado del campeonato, acumulando 50 tarjetas amarillas y siete rojas, de las cuales cinco fueron para miembros del cuerpo técnico, incluido el propio Juárez.
La reacción de la afición fue de total desaprobación, manifestándose con abucheos y cánticos como "¿Aquí está la Rebel, los Pumas dónde están?". Esta eliminación acentúa una crisis de resultados para el club, que se acerca a los 15 años sin conseguir un título de liga (el último fue en el Clausura 2011) y ostenta el porcentaje más bajo de clasificación a Liguilla (44% en los últimos 11 torneos) entre los llamados "cuatro grandes". A pesar del resultado adverso y la presión, Efraín Juárez expresó su deseo de continuar al frente del equipo, destacando que fue un "semestre de mucho aprendizaje" y que se debe evaluar el proceso para mejorar en el futuro.













