Estos dispositivos, impulsados por inteligencia artificial, buscan reemplazar al teléfono móvil como la principal interfaz de interacción digital.
El producto estrella es el Meta Ray-Ban Display, que por primera vez incorpora una pequeña pantalla en el lente derecho, controlable mediante gestos sutiles de la mano a través de una pulsera neural. Con un precio inicial de 799 dólares, estas gafas permiten a los usuarios ver mensajes, realizar videollamadas y recibir información contextual de la IA de Meta sin sacar el teléfono.
Sin embargo, la demostración en vivo tuvo fallos técnicos, atribuidos por Mark Zuckerberg a una mala conexión Wi-Fi, lo que generó momentos incómodos pero también una amplia cobertura mediática.
Además, se lanzó la segunda generación de las Ray-Ban Meta (Gen 2), con una cámara de 12 MP capaz de grabar video en 3K, una autonomía de hasta 8 horas y un precio de 379 dólares. Para el segmento deportivo, se presentaron las Oakley Meta Vanguard (499 dólares), diseñadas para ser resistentes al agua y al polvo, con hasta 9 horas de batería e integración con plataformas como Garmin y Strava.
Zuckerberg describió las gafas como "el formato ideal para la superinteligencia personal", subrayando la estrategia de Meta de integrar la IA en la vida cotidiana y avanzar hacia un futuro donde la tecnología portátil sea la norma.