La inversión se produce en un contexto geopolítico clave, fortaleciendo la soberanía tecnológica de Estados Unidos frente a China. Para Intel, la inyección de capital representa un impulso vital tras años de dificultades, mientras que para NVIDIA, es una jugada estratégica para expandir su dominio más allá de las GPU y asegurar su influencia en la arquitectura x86, convirtiendo a un competidor de toda la vida en un socio clave.