Después de meses de tensión geopolítica, se ha alcanzado un principio de acuerdo entre Estados Unidos y China que permitiría a TikTok seguir operando en territorio estadounidense. El pacto establece que la popular aplicación de videos deberá separarse de su matriz china, ByteDance, y su control pasará a manos de una nueva junta directiva dominada por estadounidenses. El acuerdo, negociado en Madrid, busca resolver las preocupaciones de seguridad nacional de Washington, que temía que el gobierno chino pudiera acceder a los datos de millones de usuarios estadounidenses. Según la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, la nueva junta directiva que controlará las operaciones de TikTok en EE.
UU. estará compuesta por siete miembros, de los cuales seis serán estadounidenses. Además, la supervisión de los datos y la confidencialidad estará a cargo de la empresa tecnológica Oracle. El presidente Donald Trump celebró el pacto, afirmando que "grandes patriotas estadounidenses" estarían comprando la empresa y que el acuerdo final se cerraría en los próximos días. Aunque los términos comerciales específicos entre las empresas privadas no se han revelado, el secretario del Tesoro de EE.
UU., Scott Bessent, confirmó que ya fueron acordados.
Por su parte, el viceministro de Comercio chino, Li Chenggang, calificó el consenso como de "interés mutuo", aunque señaló que el gobierno chino aún debe examinar los detalles relacionados con la exportación de tecnología y el uso de la propiedad intelectual del algoritmo de TikTok. Este acuerdo evita un veto que habría bloqueado a la aplicación en uno de sus mercados más grandes y redefine su estructura operativa para alinearse con las exigencias regulatorias de EE.
UU.
En resumenTikTok ha logrado un acuerdo preliminar para evitar su prohibición en Estados Unidos, aceptando una reestructuración que pondrá sus operaciones locales bajo el control de una junta directiva mayoritariamente estadounidense y con supervisión de Oracle. Este pacto resuelve, por ahora, las preocupaciones de seguridad nacional de Washington, aunque los detalles finales sobre la transferencia de tecnología y el algoritmo aún están pendientes de la aprobación de China.