La investigación abarca 2,882,566 vehículos, esencialmente todos los modelos equipados con la tecnología FSD.

La NHTSA distingue entre el software de Nivel 2, o “Conducción Autónoma Completa (Supervisada)”, que requiere la atención total del conductor, y una versión sin intervención que el CEO Elon Musk prometió lanzar hace años. Tesla ha insistido en que el sistema no puede conducir por sí solo y que los conductores deben estar listos para intervenir en todo momento.

Esta nueva indagatoria se suma a otras investigaciones previas sobre la función FSD, a la que se le atribuyen varias lesiones y muertes. La NHTSA también examina la función “Smart Summon”, que ha provocado choques menores en estacionamientos, y otro caso abierto el año pasado sobre accidentes en condiciones de baja visibilidad, uno de los cuales resultó en la muerte de un peatón. Estas investigaciones a menudo pueden derivar en retiros del mercado, lo que representaría un considerable golpe financiero y de reputación para la compañía de Musk, quien está bajo presión para demostrar la fiabilidad de su tecnología autónoma.