Sin embargo, reconoció los enormes desafíos técnicos del proyecto, especialmente en la creación de una mano con la destreza humana. Estas declaraciones visionarias contrastaron con la realidad financiera de la empresa, que reportó una caída del 37% en sus beneficios netos trimestrales. Además, Tesla enfrenta una demanda colectiva por presuntamente haber falseado los avances de su tecnología de conducción autónoma, lo que añade una capa de escepticismo a las ambiciosas promesas de su CEO.