Al simular estas interacciones con una precisión sin precedentes, Quantum Echoes podría optimizar el diseño de nuevos medicamentos y materiales.

Hartmut Neven, director de Google Quantum AI, se mostró optimista, afirmando que “en un plazo de cinco años veremos aplicaciones reales que solo son posibles en ordenadores cuánticos”. Aunque algunos expertos piden cautela y esperan una verificación independiente, el avance de Google, basado en su chip Willow de más de 100 cúbits, representa un paso significativo desde la “supremacía cuántica” teórica hacia la utilidad cuántica tangible, consolidando el liderazgo de la compañía en esta carrera tecnológica.