La iniciativa, que comenzará con la remasterización de contenidos subidos en resoluciones entre 240p y 720p, busca elevarlos a calidad HD y, en el corto plazo, hasta 4K.
Este proceso no alterará los archivos originales, sino que ofrecerá una versión alternativa etiquetada como “super resolution”, que los espectadores podrán seleccionar.
La plataforma, que alberga más de 4,300 millones de videos, busca así adaptar su contenido histórico a las pantallas de alta definición actuales, especialmente en televisores, donde la diferencia de calidad es más notoria.
Los algoritmos no solo aumentarán la resolución, sino que también reconstruirán detalles, ajustarán colores, reducirán el ruido visual y normalizarán el audio con la función “Stable volume” para una experiencia más uniforme.
YouTube ha asegurado que los creadores de contenido tendrán control total sobre esta función, pudiendo desactivarla desde YouTube Studio si prefieren mantener la versión original sin modificaciones.
El proceso se realizará en la nube, lo que garantiza una aplicación consistente sin depender del hardware del usuario.
Este esfuerzo por “reconstruir” su catálogo busca que piezas valiosas de hace años ganen nueva presencia, modernizando el archivo sin alterar su autenticidad y ofreciendo a los espectadores una experiencia más homogénea y adaptable a sus preferencias.












