Este hito, logrado en colaboración con Lockheed Martin, podría abrir la puerta al regreso de los vuelos comerciales supersónicos sobre tierra, una práctica prohibida en Estados Unidos desde hace décadas debido a la contaminación acústica. El vuelo inaugural tuvo lugar el 28 de octubre de 2025 sobre el desierto de Mojave en California, donde el piloto de pruebas Nils Larson verificó la seguridad y aeronavegabilidad de la nave. Durante esta primera fase, el X-59 alcanzó una velocidad de 370 km/h a baja altitud. El objetivo del proyecto Quesst es que el avión alcance una velocidad de Mach 1.4 (aproximadamente 1,490 km/h) a 55,000 pies de altitud, pero produciendo un sonido mucho más leve, comparable al cierre de la puerta de un automóvil. Esto se logra gracias a su diseño único, con un morro largo y delgado que dispersa las ondas de choque.

El X-59 no es un prototipo de avión comercial, sino un demostrador tecnológico cuyo propósito es recopilar datos sobre la percepción del ruido reducido en comunidades pobladas.

Esta información será crucial para que los reguladores, como la Administración Federal de Aviación (FAA), puedan reconsiderar las normativas vigentes. El proyecto, en el que la NASA ha invertido más de 518 millones de dólares desde 2018, representa un paso decisivo hacia una nueva generación de aviación más rápida y sostenible.