Sin embargo, su distribución será exclusiva para tiendas seleccionadas en mercados clave como Estados Unidos, Japón, China y algunos países europeos, dejando fuera a México.

La reacción del público no se hizo esperar, con muchos usuarios comparándolo con los icónicos iPod Socks de 2004, que se vendían en un paquete de seis por 29 dólares. Comentarios como “¡230 dólares por un calcetín roto!” o “puedes comprar un Android entero por lo que cuesta el calcetín de Apple” inundaron las redes, reflejando un cierto cansancio del público ante los accesorios de lujo de la marca. A pesar de la controversia, el iPhone Pocket forma parte de una estrategia deliberada de Apple para posicionar sus productos no solo como gadgets tecnológicos, sino como objetos de moda y estatus.

La colaboración con Issey Miyake, diseñador admirado por Steve Jobs, refuerza esta narrativa y apunta a un consumidor premium que valora tanto la estética como la exclusividad.