Sin embargo, la presión del mercado parece haber influido en esta decisión.

Estudios de J.D. Power indican que siete de cada diez compradores en Estados Unidos solo considerarían un vehículo compatible con estos sistemas. La integración de CarPlay en los Tesla no reemplazaría por completo la interfaz nativa, sino que funcionaría dentro de una ventana, permitiendo a los usuarios acceder a aplicaciones del iPhone como Apple Maps, Apple Music y mensajería, sin perder las funciones exclusivas de Tesla.

Aunque la compañía había considerado un lanzamiento “en próximos meses”, el plan ahora parece haberse retrasado sin una fecha definida.

Este movimiento de Tesla contrasta con la decisión de otros fabricantes como General Motors, que han anunciado planes para abandonar CarPlay en algunos de sus modelos, demostrando las diferentes estrategias en la batalla por el control del tablero digital del automóvil.