El testamento del icónico diseñador Giorgio Armani, revelado tras su fallecimiento, ha sorprendido al mundo de la moda al establecer un plan para la venta gradual de su empresa o su salida a bolsa. Después de medio siglo de feroz independencia, el documento nombra a gigantes del lujo como LVMH, L'Oréal y EssilorLuxottica como compradores preferentes, marcando el fin de una era. Tras la apertura de dos testamentos escritos de puño y letra por el diseñador, se conoció su voluntad para el futuro de su imperio, valorado en unos 12 mil millones de euros. Las instrucciones son claras: un año después de la apertura del testamento, se deberá vender el 15% del grupo Giorgio Armani S.p.A.
en un plazo máximo de 18 meses. Posteriormente, en un lapso de entre 3 y 5 años, se cederá al mismo comprador una participación adicional de entre el 30% y el 54.9%. Como alternativa, se contempla la salida a bolsa de la firma en un máximo de ocho años.
Esta decisión es un giro inesperado, ya que Armani fue uno de los pocos diseñadores que mantuvo el control total de su empresa, resistiéndose a venderla a los grandes conglomerados que dominan el sector. El control de la compañía pasará a la Fundación Giorgio Armani, que tendrá la propiedad total del grupo, mientras que el derecho de voto se repartirá entre su mano derecha y compañero, Pantaleo Dell'Orco, y sus sobrinos. El grupo Armani confirmó en un comunicado que cumplirá la voluntad de su fundador.
En resumenEl testamento de Giorgio Armani establece un claro camino para la sucesión de su imperio, rompiendo con su histórica defensa de la independencia. Al instruir una venta gradual a un gran conglomerado de lujo o una salida a bolsa, el diseñador aseguró una transición ordenada para la marca, marcando el fin de una era de control familiar absoluto en la alta costura.