A cambio, Nvidia adquirirá una participación financiera sin derecho a voto en OpenAI, posicionándose no solo como proveedor clave sino también como socio estratégico.

Tras el anuncio, las acciones de Nvidia subieron un 3.44%, reflejando la confianza del mercado en una estrategia que busca asegurar el control de la infraestructura crítica de la IA. Analistas señalan que esta movida convierte a Nvidia en un arquitecto indispensable del futuro de la inteligencia artificial, ya que cada innovación de OpenAI amplificará la demanda de sus chips. La estrategia de Nvidia no se limita a Estados Unidos; la compañía también ha forjado alianzas con gigantes como Alibaba en Asia, buscando establecer su tecnología como el estándar global en hardware de IA. Esta inversión masiva intensifica la competencia con otras grandes tecnológicas como Google, Meta y Apple, que también compiten por la supremacía en el campo de la IA.