La Comisión Europea ha autorizado la compra de la casa de moda italiana Versace por parte de su competidora Prada, tras concluir que la operación no plantea problemas de competencia en el mercado. Esta fusión creará un nuevo gigante en la industria del lujo, consolidando la posición de Italia en un sector dominado por conglomerados franceses. La adquisición, anunciada en abril por un monto de 1,250 millones de euros (aproximadamente 1,465 millones de dólares), fue examinada por el Ejecutivo comunitario bajo el procedimiento simplificado de revisión de concentraciones. Bruselas determinó que la operación no afectará la competencia, dadas “las limitadas cuotas de mercado de las empresas resultantes”. La unión de Prada y Versace, que pertenecía al grupo estadounidense Capri Holdings, dará lugar a un grupo de lujo con una facturación estimada de más de 7 mil millones de dólares.
Este movimiento estratégico busca afianzar a la compañía resultante en un momento en que las débiles perspectivas económicas han golpeado al sector.
La operación se produce poco después de que Donatella Versace anunciara su salida de la dirección creativa de la marca que fundó su hermano, siendo reemplazada por Dario Vitale, proveniente del grupo Prada. Se espera que la compra se cierre antes de que finalice el año, marcando un hito en la reconfiguración del poder en la alta costura global.
En resumenLa aprobación de la Unión Europea para la compra de Versace por parte de Prada es un paso decisivo para la creación de un nuevo coloso del lujo italiano. La fusión no solo reestructura el panorama de la moda de alta gama, sino que también representa una estrategia defensiva y de consolidación para competir con mayor fuerza contra los gigantes franceses LVMH y Kering.