El desplome se produjo después de que el fabricante de automóviles de lujo presentara sus proyecciones financieras durante su evento Capital Markets Day, las cuales fueron consideradas "decepcionantes" por los analistas e inversores. A pesar de que la compañía elevó ligeramente su previsión de ingresos para 2025 a 7,100 millones de euros, y proyectó alcanzar 9,000 millones para 2030, estas cifras cayeron por debajo de las expectativas del mercado. Analistas de RBC Capital y CFRA señalaron que las estimaciones de ganancias a largo plazo sugieren una desaceleración en el crecimiento peor de lo previsto. La noticia opacó por completo la presentación de la tecnología que impulsará su primer vehículo totalmente eléctrico, el "Elettrica", cuyo lanzamiento está previsto para el próximo año.

Este modelo, con un precio que podría superar los 500,000 euros, alcanzará una velocidad máxima de 310 km/h y tendrá una autonomía de 530 km.

El director ejecutivo, Benedetto Vigna, defendió las proyecciones afirmando: "No podemos comprometernos con algo que no podemos lograr".

Sin embargo, la reacción del mercado evidencia una creciente preocupación sobre la capacidad de Ferrari para mantener su ritmo de crecimiento en un entorno de transición hacia la electrificación y una posible desaceleración en el sector de lujo.