"El mundo está cambiando y Nestlé necesita cambiar más deprisa", declaró Navratil al presentar el plan.

Esta decisión llega después de un relevo directivo sin precedentes, que incluyó la destitución de su anterior CEO, Laurent Freixe, y la renuncia del presidente Paul Bulcke, dando paso a Pablo Isla, expresidente de Inditex. La reestructuración se produce en un contexto económico complejo para el sector, afectado por altos costos logísticos, inflación y aranceles de importación en Estados Unidos. A pesar de los despidos, el mercado reaccionó con optimismo y las acciones de Nestlé repuntaron ligeramente, interpretando el plan como un paso firme hacia la eficiencia operativa y la estabilidad financiera.