La crisis, originada por tensiones geopolíticas entre China y Países Bajos, afecta la fabricación del modelo SUV HR-V y amenaza con extenderse a otras armadoras en México. La paralización en la planta de Celaya, que produce anualmente unas 200,000 unidades destinadas en gran parte a la exportación a Estados Unidos y Canadá, comenzó el 28 de octubre sin una fecha definida para su reanudación. La causa directa es la escasez de chips de Nexperia BV, una empresa de capital chino con sede en Países Bajos. El conflicto escaló cuando el gobierno neerlandés intervino la compañía por motivos de seguridad, a lo que China respondió restringiendo las exportaciones de sus productos. La situación ha provocado ajustes de producción en las plantas de Honda en Estados Unidos y Canadá, donde se reportó una disminución del 50% en la fabricación de modelos como Civic y CR-V. El embajador de Japón en México, Kozo Honsei, confirmó la suspensión, mientras que Rogelio Garza, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), advirtió que el problema podría afectar a otras armadoras que operan en el país. Garza señaló que “el tema de las tierras raras y los semiconductores es crucial a nivel mundial porque quien domina ese mercado actualmente es China”.

Esta dependencia estructural deja en evidencia la vulnerabilidad de la industria automotriz ante disputas geopolíticas, con un riesgo de contagio que podría generar nuevos paros técnicos en el sector si la escasez persiste.