Como resultado, aunque los ingresos petroleros del país aumentaron, la renta neta para el Estado fue negativa.

México Evalúa calcula que, tras descontar los apoyos a Pemex, las finanzas públicas registraron una pérdida neta de 195,000 millones de pesos.

Esto significa que cada mexicano tuvo que aportar, en promedio, 1,471 pesos en impuestos para sostener a la empresa estatal. Por su parte, proveedores de la petrolera, agrupados en la AMESPAC, han denunciado que el aumento en la deuda comercial de Pemex, que ya supera los 500 mil millones de pesos, se explica en parte por el sobrecosto de la refinería Olmeca en Dos Bocas, cuyo financiamiento se habría tomado a costa de los pagos a proveedores. Las proyecciones para 2026 no son alentadoras, ya que se espera que la Federación vuelva a transferir más recursos a Pemex de los que recibirá de la compañía.