Este plan no incluye un salario fijo ni bonificaciones, sino que se estructura en 12 tramos de opciones sobre acciones que Musk podrá ejercer a medida que Tesla alcance metas específicas.
Para recibir la compensación completa, la capitalización de mercado de la empresa deberá escalar a 8.5 billones de dólares, además de cumplir hitos operativos como la venta de 20 millones de vehículos y el despliegue de un millón de robotaxis y un millón de robots humanoides Optimus. Si logra todos los objetivos, Musk podría aumentar su participación en Tesla de un 15% a más del 25%, consolidando su control sobre la compañía. La presidenta del consejo de administración, Robyn Denholm, defendió la medida argumentando que era crucial para retener a Musk, cuya salida, advirtió, podría causar una pérdida de valor significativa para la empresa. Sin embargo, la propuesta enfrentó la oposición de importantes accionistas institucionales, como el fondo soberano de Noruega y el fondo de pensiones de California (Calpers), quienes consideraron el monto “desorbitado”. Tras la aprobación, Musk agradeció el apoyo y afirmó que Tesla está por iniciar “un nuevo libro” con el robot Optimus, al que calificó como el “mayor producto de la historia”.













