Más allá de la histórica resolución de la Suprema Corte sobre los adeudos fiscales de Grupo Salinas, TV Azteca atraviesa una crisis financiera y legal por cuenta propia que compromete su estabilidad. La televisora enfrenta un litigio en Nueva York por una deuda que supera los 600 millones de dólares con tenedores de bonos, mientras sus indicadores financieros muestran un deterioro significativo. El conflicto internacional se originó en 2017, cuando la empresa emitió bonos por 400 millones de dólares y posteriormente dejó de pagarlos, argumentando afectaciones por la pandemia. Un tribunal en Estados Unidos ordenó a la empresa retirar los recursos legales que había interpuesto en México para frenar el cobro, pero la defensa de TV Azteca ha solicitado extender el proceso de descubrimiento de pruebas por más de un año, buscando aplicar las leyes mexicanas contra la “usura” en un contrato regido por la ley de Nueva York.
Esta situación se suma a un panorama financiero adverso.
El último reporte disponible de la compañía, correspondiente al cuarto trimestre de 2022, ya mostraba un desplome del 68% en sus ganancias y una caída del 55% en su EBITDA. Analistas como Amin Vera, de Invala Family Office, han señalado que la televisora carece de la capacidad económica para enfrentar sus obligaciones, afirmando que incluso una venta total de la compañía no sería suficiente para cubrir sus deudas.
En resumenLa situación de TV Azteca es crítica, marcada por un frente legal adverso en Estados Unidos y un deterioro financiero interno que se suma a las masivas obligaciones fiscales de su conglomerado. La combinación de estos factores coloca a la televisora en una posición de alta vulnerabilidad, cuestionando su viabilidad a futuro en un entorno mediático y económico desafiante.