Álvarez expresó públicamente su frustración, atribuyendo la situación a un error contractual.

“Fue un mal manejo que hicieron ahí.

Obviamente en mi contrato siempre procuro tener los derechos de México para que la gente pueda disfrutarla gratis”, declaró el campeón. Según su versión, a pesar de que su contrato estipula que él mantiene los derechos para México, “una mala comunicación” resultó en la venta de la exclusividad global a Netflix, un hecho que lo tomó por sorpresa: “A final de cuentas me llevaron entre las patas”. Canelo lamentó el desenlace y afirmó que espera que “no vuelvan a cometer” un error similar.

Rodolfo Vargas, comentarista de TV Azteca, corroboró esta versión, explicando que no fue una cuestión de dinero, sino un problema en la cadena de cesión de derechos entre promotoras y la plataforma. Incluso se planteó una transmisión diferida, pero la propuesta fue rechazada.

Mauricio Sulaimán, presidente del CMB, también lamentó la decisión, calificándola como un “revés para el pueblo de México”, que tradicionalmente sigue las peleas del tapatío en las fechas patrias.