Inmediatamente después del anuncio de los jueces, Canelo tomó el micrófono en el ring para contextualizar su tercera derrota profesional. Con frases como “Una derrota no me define; he hecho mucho como profesional, tengo un gran legado” y “al estar aquí yo ya gané”, el tapatío buscó reafirmar su estatus en el deporte y tranquilizar a sus decepcionados seguidores.

Lejos de poner excusas, reconoció la superioridad de su rival: “Mi respeto para Crawford” y “hay que darle crédito”.

De cara al futuro, se mostró dispuesto a un segundo combate, afirmando: “Si lo hacemos otra vez, será genial”.

Esta postura abre la puerta a otra pelea de gran magnitud económica y deportiva.

Sin embargo, durante la semana del combate, también fue cuestionado sobre un posible enfrentamiento con el campeón interino David Benavidez, una pelea demandada por muchos aficionados.

Canelo mantuvo su postura habitual, sin comprometerse pero sin descartarla: “Nunca digo no a nada.

Veremos más adelante, pero estoy 100% enfocado en esta pelea”.

Ahora, con la derrota, la presión por enfrentar a Benavidez podría intensificarse como un camino para redimirse.