Con la derrota, Canelo cedió los cuatro cinturones de la división (CMB, AMB, OMB y FIB), poniendo fin a su reinado. A pesar del resultado, Álvarez se mostró resiliente: “Una derrota no me define”, declaró, reconociendo la superioridad de su oponente. La pelea fue calificada por analistas como una lección de boxeo por parte de Crawford, quien se vio más rápido y con mayor volumen de golpes, mientras que a Canelo se le observó cansado y frustrado en la recta final.

Este revés ha generado un intenso debate sobre el futuro del pugilista mexicano y el posible inicio del ocaso de su brillante trayectoria.