El gesto, captado en video, fue ampliamente elogiado y subrayó el respeto mutuo entre ambos campeones.

Después de ser declarado ganador, Crawford interrumpió la conferencia de prensa de Canelo para entregarle los fajines que lo acreditaban como campeón indiscutido del peso supermediano. Si bien esta acción tiene una base en la tradición del boxeo —los cinturones físicos están personalizados con el nombre y medidas del campeón anterior, y los organismos envían nuevos al ganador—, el modo en que se realizó fue lo que capturó la atención.

En lugar de un simple trámite administrativo, Crawford lo hizo de manera personal y pública, un acto interpretado como una muestra de respeto hacia el reinado de Álvarez. El momento se viralizó rápidamente, mostrando a un Crawford humilde en la victoria y a un Canelo agradecido por el gesto. La escena se complementó con otro momento emotivo cuando el nuevo campeón chocó la mano con la pequeña hija de Álvarez, demostrando que la rivalidad se quedó exclusivamente en el cuadrilátero. Este acto de clase y deportividad fue aplaudido por aficionados y medios, cerrando una noche de intensa competencia con una imagen de camaradería y respeto entre dos de los mejores peleadores de la actualidad.