El boxeador mexicano se alejó de las excusas y se centró en el aprendizaje y el agradecimiento hacia su equipo y seguidores. En su publicación, Canelo expresó: “Me siento muy orgulloso de todo lo que he conseguido hasta ahora; siempre se quiere ganar, pero acepto esta derrota con humildad y aprendizaje”.

Estas palabras fueron interpretadas como una muestra de su evolución personal y profesional, reconociendo la superioridad de su rival sin demeritar su propia trayectoria. El tapatío también enfatizó el valor de su entorno personal por encima del resultado deportivo: “Yo ya gané porque tengo a mi familia conmigo y a millones de fans que nunca han dejado de apoyarme”.

Este enfoque en sus logros personales y el respaldo de sus seres queridos fue un tema recurrente en sus declaraciones post-pelea, donde aseguró que “una derrota no me define”.

Además, agradeció explícitamente a su equipo por los sacrificios compartidos a lo largo de los años y a su esposa, Fernanda Gómez, “por su paciencia y por no soltarme la mano en todo este proceso”. Su mensaje concluyó con su tradicional grito de guerra, “¡Viva México, cabrones!”, reafirmando su identidad y conexión con su país a pesar del resultado adverso.