Aunque ambos peleadores se mostraron abiertos a la idea, las declaraciones posteriores han sembrado dudas sobre si un segundo enfrentamiento se materializará pronto.

Desde el ring, Canelo fue claro al aceptar el desafío de un nuevo combate: “Si lo volvemos a hacer sería grande, vamos otra vez, la acepto”.

Por su parte, Crawford inicialmente coincidió, afirmando que estaría dispuesto a una revancha.

Sin embargo, con el paso de los días, su postura se ha vuelto más ambigua. En entrevistas posteriores, el estadounidense ha manifestado su deseo de descansar y disfrutar la victoria, e incluso sorprendió al declarar: “Podría haber sido mi última pelea.

No quiero decirlo aún”.

Estas palabras sugieren que podría considerar el retiro, lo que anularía cualquier posibilidad de un segundo encuentro. Analistas como Mauricio Sulaimán, presidente del CMB, consideran que una revancha “generaría gran expectativa”, pero también reconocen que cada boxeador podría tomar su propio camino.

De hecho, el promotor saudí Turki Alalshikh ya ha insinuado su interés en un combate entre Crawford y David Benavidez, lo que podría aplazar o cancelar un nuevo duelo con Canelo. La viabilidad de la revancha dependerá de múltiples factores: el interés económico, las negociaciones entre promotoras y, fundamentalmente, la decisión de Crawford sobre continuar su carrera.