Esta intervención quirúrgica, necesaria para tratar una lesión acumulada, reconfigura su calendario para 2026 y abre un periodo de incertidumbre sobre su futuro inmediato.

La operación, realizada en San Diego, fue la respuesta a una lesión que el boxeador arrastraba desde hace semanas y que se agravó tras su combate con Terence Crawford.

Los especialistas consultados en los reportes coinciden en que el daño es producto de un desgaste acumulado por años de boxeo de alto impacto, mencionando posibles problemas en cartílago, ligamentos o espolones óseos. Esta es la tercera intervención quirúrgica en la carrera del púgil, tras una en la rodilla derecha en 2018 y otra en la muñeca izquierda en 2022.

Como consecuencia, su regreso al ring, inicialmente previsto para febrero de 2026 bajo el acuerdo con Riyadh Season, se ha pospuesto. Las nuevas proyecciones sitúan su retorno entre mayo y septiembre de 2026, dependiendo de un periodo de recuperación que se estima en dos meses, seguido de 12 a 15 semanas antes de poder retomar los entrenamientos.

Esta pausa obligada no solo afecta su calendario deportivo, sino que también genera un "vacío en el ecosistema del boxeo", según un análisis. La pelea contra Crawford no solo le costó sus títulos, sino que fue el "detonante para encender las alarmas" sobre su condición física. Ahora, a sus 35 años, el principal desafío para Álvarez es recuperar su cuerpo y demostrar si puede mantenerse en la élite del boxeo mundial tras este difícil periodo.