El combate, celebrado en Las Vegas, culminó con tarjetas de 116-112, 115-113 y 115-113 a favor de Crawford, quien despojó al tapatío de sus cuatro cinturones (AMB, CMB, OMB y FIB) en la división de las 168 libras. La victoria de Crawford fue vista como una demostración de superioridad técnica y estratégica, consolidándolo como el mejor peleador libra por libra del mundo.

Para Álvarez, este revés se suma a sus derrotas previas contra Floyd Mayweather en 2013 y Dmitry Bivol en 2022. La derrota no solo tuvo consecuencias en su palmarés, sino también en su posición en los rankings mundiales y en la percepción de su invulnerabilidad. Figuras del boxeo como el guatemalteco Lester Martínez, quien colaboró en la preparación de Crawford, confesaron no estar sorprendidos con el resultado, afirmando que "Crawford se lució, lo hizo muy bien y es un excelente boxeador". El propio Álvarez reconoció la superioridad de su rival, declarando que "una derrota no define a un boxeador" y que se aprende tanto de las victorias como de las caídas. Este resultado ha abierto un periodo de reflexión y reestructuración para Canelo, cuya carrera ahora se ve pausada por una cirugía y rodeada de especulaciones sobre sus próximos pasos.