Esta visión se ve reforzada por la noticia de la próxima cirugía de codo de Canelo, que es interpretada no como un incidente aislado, sino como una prueba más del desgaste acumulado tras casi dos décadas en el boxeo profesional. La combinación de una derrota contundente ante un rival que subió de peso, junto con una lesión que requiere intervención quirúrgica, ha creado una narrativa en la que el invencible Canelo de años anteriores ha dado paso a un veterano que enfrenta los límites naturales de su cuerpo. El debate ya no se centra en quién será su próximo rival, sino en cuántos combates más le quedan al más alto nivel antes de considerar el retiro definitivo.