Este resultado no solo redefinió la cima de la división, sino que también marcó la tercera derrota profesional del tapatío y un fuerte golpe para el boxeo mexicano. El combate, celebrado el 13 de septiembre en Las Vegas, fue dominado claramente por el estadounidense, quien subió dos divisiones para retar al campeón mexicano. Con la victoria, Crawford se quedó con los cinturones de la Federación Internacional de Boxeo (FIB), la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), el Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y la Organización Mundial de Boxeo (OMB), logrando la hazaña histórica de convertirse en el primer boxeador en ser campeón indiscutido en tres categorías diferentes. Para Álvarez, de 35 años, esta derrota significó el fin de su reinado como monarca absoluto de las 168 libras, una condición que había consolidado con victorias consecutivas desde 2020. Varios analistas, como Erik “Terrible” Morales, destacaron la ejecución estratégica de Crawford, señalando que “lo estudió bastante bien” y ejecutó su plan de manera “fácil y sencilla”. La contundencia del resultado ha dejado al pugilista mexicano en un punto de inflexión, obligándolo a reevaluar sus próximos pasos en una carrera que, según él mismo ha declarado, se acerca a su fin, con un retiro planeado alrededor de los 37 años.