El combate, celebrado el 13 de septiembre en el estadio Allegiant de Las Vegas, marcó un hito en la carrera de Crawford y dejó al boxeo mexicano ante un resultado inesperado. La derrota de Álvarez significó la pérdida de sus cuatro cinturones de las 168 libras (CMB, AMB, OMB y FIB), poniendo fin a su dominio en la división. Por su parte, Terence Crawford logró una hazaña histórica al subir dos divisiones para retar al campeón y convertirse en el primer boxeador en ser campeón indiscutido en tres categorías de peso diferentes.

El resultado generó un amplio debate en el mundo del boxeo, con múltiples figuras analizando las posibles causas del bajo rendimiento del tapatío.

El entrenador Ángel García fue directo al afirmar que “Canelo Álvarez parecía agotado físicamente, no debió pelear contra Crawford, parecía quemado”.

Esta percepción fue compartida por José Benavídez Sr., quien también opinó que Canelo se ve “agotado” por su larga y exigente carrera. Otro análisis provino del boxeador David Benavídez, quien sugirió que el mexicano no se tomó el combate con la seriedad debida, afirmando que su “gran ego” lo llevó a confiarse y a no estar preparado “al 100%”. En conjunto, estas opiniones dibujan un panorama en el que la derrota de Canelo no solo se atribuye a la maestría de Crawford, sino también a un posible desgaste y exceso de confianza por parte del pugilista mexicano, quien fue superado de manera clara y contundente.